Editorial/análisis publicada en revista Polígono Edición n°57
Naturalmente cada inicio de año nos preparamos con nuevas energías y un mejor ímpetu para afrontar los próximos 365 días de la mejor manera. Nuevos proyectos, objetivos a corto y largo plazo con la ambición de progreso y ser mejores en lo que a cada uno está abocado.
Como es sabido y se cumple de manera cíclica los seres vivos nacen, se reproducen y mueren (y muchos estadios intermedios más característicos que el ser humano ha podido lograr) siguiendo un mecanismo similar, la economía tiende a generar ciertos ciclos de bonanza y otros q no lo son tanto. El resultado o impacto social siempre es difícil de medir pero para ciertos sectores frecuentemente es más complejo de sobrellevar que para otros, identificándose históricamente con periodos de guerra o crisis internacionales.
Cuando al inicio de año parecía que estaban dadas las condiciones para un arranque promisorio, comenzamos a afrontar un nuevo factor de crisis como lo es una pandemia mundial, con todo lo que esto conlleva social y económicamente; crisis sobre crisis. ¿Puede el humano resistir y transitar armónicamente un cumplimiento de las fases “normales” con tantas incidencias negativas? Pareciera que sí: las relaciones humanas, la empatía, el objetivo natural de subsistencia priorizarán la vida y el cumplimiento de un ciclo a pesar de todo.
Aún por un período corto de tiempo, estas marchas y contramarchas seguramente impactarán fuertemente en la compleja matriz de funcionamiento de las regiones con preocupaciones que van de lo tan simple y complejo a su vez, salud y alimentación, como cualquier otra necesidad básica.
Nuestro país se encuentra en condiciones de proveer de alimentos en tiempo y forma, pero a su vez cuesta en líneas generales, generar una maduración económica e industrial.
Nos encontramos cumpliendo otro ciclo más… Todos estamos de acuerdo en priorizar lo esencial para el bienestar de todos, la salud.
Editorial
Dir. Gerardo R. Aguirre
Polígono Industrial