Verónica Dobronich, Experta en capacitaciones en habilidades blandas, nos acercó algunas herramientas y recomendaciones para transitar el duelo tras la catástrofe en Bahía Blanca: el enfoque desde la neurociencia
Recientemente, la ciudad de Bahía Blanca fue devastada por una catástrofe que provocó una gran inundación, arrebatando vidas humanas, bienes materiales, animales y recuerdos de miles de personas. En tiempos de tragedia, el duelo es una reacción natural, pero es necesario abordarlo con herramientas adecuadas para que la recuperación sea lo más saludable posible, tanto a nivel emocional como físico.
Desde la neurociencia, entendemos que el cerebro humano es altamente sensible a los eventos traumáticos. El estrés provocado por un desastre como el que vivió Bahía Blanca puede generar alteraciones profundas en la salud mental y física. Es por eso que ofrecemos recomendaciones basadas en el conocimiento de cómo funciona nuestro cerebro ante el dolor y el trauma.
1. Reconocer y validar las emociones
El cerebro reacciona al dolor de forma profunda y a menudo compleja. El estrés post-traumático no solo afecta la mente, sino también el cuerpo. Es esencial permitir que las emociones surjan sin juicio. La tristeza, el miedo, la rabia y la ansiedad son respuestas naturales y válidas. Reprimir estas emociones puede llevar a consecuencias más graves a largo plazo, como ansiedad crónica o depresión. Por lo tanto, aceptar y validar lo que se siente es el primer paso para sanar.
“Es esencial permitir que las emociones surjan sin juicio. La tristeza, el miedo, la rabia y la ansiedad son respuestas naturales y válidas”
2. Conectar con el cuerpo
El cerebro y el cuerpo están intrínsecamente conectados. Técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación, el yoga o incluso caminatas suaves pueden ayudar a restablecer la calma al activar el sistema parasimpático. Este proceso tiene un impacto directo en la reducción de la ansiedad y favorece el bienestar general. Además, conectar con el cuerpo facilita la regulación emocional y ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
“Conectar con el cuerpo: caminatas suaves pueden ayudar a restablecer la calma”
3. Buscar apoyo social
El aislamiento es una de las respuestas más comunes ante el dolor, pero el cerebro humano es social por naturaleza. Contar con un sistema de apoyo, ya sea familia, amigos o incluso grupos de ayuda, facilita la liberación de oxitocina, la hormona del bienestar. Hablar sobre la experiencia, compartir el sufrimiento y recibir apoyo son actividades que estimulan áreas del cerebro que ayudan a superar el trauma. La conexión social es una de las claves para la resiliencia.
4. Establecer rutinas
En medio del caos, el cerebro busca encontrar un sentido de orden. Las rutinas diarias proporcionan estructura y control en un mundo que puede parecer desordenado e impredecible. Aunque puede ser difícil, establecer pequeñas actividades cotidianas como comer a horarios regulares o practicar una actividad física puede hacer una diferencia significativa en cómo el cerebro maneja el estrés.
“Aunque puede ser difícil, establecer pequeñas actividades cotidianas como comer a horarios regulares o practicar una actividad física puede hacer una diferencia significativa en cómo el cerebro maneja el estrés”
5. Aceptar el tiempo del duelo
El proceso de duelo no tiene un calendario fijo. Cada persona lo experimenta de manera diferente y a su propio ritmo. Es importante comprender que el cerebro necesita tiempo para procesar las emociones y reorganizarse. No existe una “respuesta correcta” al duelo. La aceptación del tiempo necesario para sanar es clave para evitar presionarse o caer en la sensación de que no se está avanzando.
“El proceso de duelo no tiene un calendario fijo. Cada persona lo experimenta de manera diferente y a su propio ritmo. Es importante comprender que el cerebro necesita tiempo para procesar las emociones y reorganizarse”
6. Pedir ayuda profesional
En casos donde las emociones sean abrumadoras, el apoyo profesional puede ser fundamental. La psicoterapia y el tratamiento con un psiquiatra especializado pueden ayudar a las personas a procesar el trauma. La terapia cognitivo-conductual (TCC) y la psicoterapia centrada en el trauma son enfoques altamente efectivos en el tratamiento del estrés post-traumático y las reacciones emocionales tras catástrofes.
7. Fomentar la resiliencia
La resiliencia no es la ausencia de dolor, sino la capacidad de aprender y crecer a través del sufrimiento. El cerebro humano tiene una notable capacidad de adaptación. Fomentar pensamientos de gratitud, autocuidado y un sentido de propósito puede ayudar a reconstruir los cimientos emocionales tras una tragedia. En este sentido, prácticas como la meditación y la escritura terapéutica pueden ser de gran ayuda.
8. Ayudar a los niños y adolescentes
El cerebro de los niños y adolescentes es especialmente vulnerable al trauma. Para ellos, los procesos de duelo pueden ser confusos y difíciles de procesar. Es esencial brindarles un entorno seguro y amoroso, y ofrecerles herramientas para expresar sus emociones, ya sea a través del juego, el arte o conversaciones abiertas. El acompañamiento emocional constante puede ayudarles a entender lo sucedido y a gestionar sus sentimientos.
Ayudar a los niños: Es esencial brindarles un entorno seguro y amoroso, y ofrecerles herramientas para expresar sus emociones, ya sea a través del juego, el arte o conversaciones abiertas.
9. Cultivar la esperanza
La esperanza es un elemento esencial para la recuperación. El cerebro responde positivamente a la idea de que las cosas mejorarán con el tiempo. Aunque la tragedia puede parecer insuperable en un primer momento, la neurociencia demuestra que tener un propósito y un sentido de futuro contribuye enormemente a la curación emocional. Practicar la gratitud, incluso en medio del dolor, puede activar áreas cerebrales asociadas con el bienestar y el optimismo.
10. Cuidar el cuerpo y la mente
El bienestar físico y mental están profundamente conectados. Mantener una rutina de sueño adecuada, una alimentación balanceada y una moderada actividad física son fundamentales para reducir los efectos del estrés crónico. El cuerpo puede ser un gran aliado para superar el duelo si se lo cuida de manera integral, lo cual también beneficia la salud mental.
“La catástrofe requiere tiempo, apoyo y comprensión”
Conclusión
El duelo tras una catástrofe tan devastadora como la vivida en Bahía Blanca requiere tiempo, apoyo y comprensión. Desde la neurociencia, entendemos que el proceso de sanación es complejo, pero el cerebro tiene una notable capacidad de adaptación. Al seguir estas recomendaciones, las personas pueden encontrar caminos hacia la recuperación emocional y física, reforzando la resiliencia individual y colectiva. La clave está en no caminar este camino en solitario y en aprender a cuidar tanto el cuerpo como la mente en momentos de profunda crisis. En los momentos de mayor oscuridad, el alma se fortalece y, como un árbol que resiste la tormenta, emerge más firme y sabia. La resiliencia no es la ausencia de adversidad, sino la capacidad de transformar el dolor en crecimiento.
Verónica Dobronich
Lic. En Relaciones Industriales, MBA en Gerenciamiento de Recursos Humanos.
Máster en educación emocional. Posgrado en Neurociencias para la educación.
Speaker, docente, emprendedora, mentora, facilitadora, escritora. HR influencer #1 en 2024. HR influencer #5 en 2023. Especialista en IE ❤️💪🧠 y en inteligencia sensorial. +600 charlas en +16 países, incluyendo TEDx.
Acompaño procesos de transformación profesional y cultural de las personas y las organizaciones.
Diseño y facilito experiencias de aprendizaje y transformación a través de la inteligencia emocional. Genero espacios cálidos de empatía, innovación y cambio.
Desarrollo herramientas y workshops a medida con el fin de acompañar y concientizar sobre el nuevo mindset exponencial y las necesidades de transformación de las personas y de las organizaciones.
Perfil de In: https://www.linkedin.com/in/veronicadobronich/
