Los productos biobasados que desarrolla el Centro de Biotecnología a partir de determinados hongos son biodegradables, atóxicos y pueden tener propiedades acústicas, de resistencia a la compresión, baja conductividad térmica y alta resistencia al fuego. Laura Matos, directora del sector, analiza la potencialidad y desafíos de estos nuevos materiales que impulsamos desde el INTI con un abordaje sectorial y regional
El micelio es un polímero natural y biodegradable producido por algunos hongos como resultado del crecimiento propio y la maximización del aprovechamiento nutricional de distintos sustratos.
En el Centro de Biotecnología Industrial estamos realizando distintos ensayos para obtener productos biobasados formulados con micelio. El micelio es un polímero natural y biodegradable producido por algunos hongos como resultado del crecimiento propio y la maximización del aprovechamiento nutricional de distintos sustratos. Por su estructura, tiende a “agregar” estos sustratos formando masas compactas porosas y livianas que, adicionalmente, adquieren la forma del molde que las contiene. A su vez, es completamente biodegradable y atóxico y, de acuerdo a su formulación, puede sumar propiedades funcionales como acústica, de resistencia a la compresión, baja conductividad térmica y alta resistencia al fuego.
“El micelio es un polímero natural y biodegradable producido por algunos hongos como resultado del crecimiento propio y la maximización del aprovechamiento nutricional de distintos sustratos.“
El uso de micelio para la generación de nuevos materiales es una tendencia mundial; empresas internacionales como Ecovative, Mogu e incluso Ford Global se encuentran trabajando con estos
productos a nivel comercial. Desde el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) nos
sumamos a esta tendencia y generamos nuevos materiales aprovechando estas propiedades de
los hongos y los múltiples subproductos agro-industriales que se generan regionalmente en
nuestro país, como sustrato de crecimiento.
Actualmente, estamos trabajando con cascarilla de maní y aserrín de álamo, pero a nivel regional,
también se están desarrollando materiales a base de otros sustratos lignocelulósicos. Esto, no sólo
nos permite explorar y obtener una amplia variedad de materiales, sino que, por su constitución tan
diversa, estos biomateriales dan lugar a productos con propiedades singulares que pueden tener
aplicación en campos que abarcan desde la construcción y el packaging hasta estructuras de
diseño.
Este escenario nos plantea un gran desafío: generar procesos escalables estandarizados para
asegurar la calidad de los productos obtenidos. En este sentido, el acompañamiento de los centros
regionales y sectoriales nos permite tener una red amplia de identificación y caracterización de
materias primas estratégicas, productos y ensayos específicos, así como evaluación de procesos y
usabilidad dando un abordaje integral a estas nuevas demandas.
El Centro de Biotecnología Industrial del instituto cuenta además con una planta a escala piloto
donde un equipo especializado trabaja en distintos bioprocesos con un amplio rango de
microorganismos (bacterias, levaduras y hongos) abarcando desde su crecimiento en biorreactor
hasta la purificación de los productos de interés que estos generan.
Las aplicaciones de estos productos incluyen la elaboración de materias primas con aplicación en
biofármacos, aditivos para alimentos y otros procesos industriales.
Laura Matos
Directora del Centro de Biotecnología Industrial / lmatos@inti.gob.ar
Subgerencia Operativa Áreas de Conocimiento
Gerencia de Desarrollo Tecnológico e Innovación
Instituto Nacional de Tecnología Industria